
El humo del cónclave: qué significa y cómo se anuncia la elección del nuevo papa
El proceso para designar al nuevo papa ha comenzado en el Vaticano, y toda la atención se centra en la chimenea de la Capilla Sixtina. Allí, una señal ancestral informa al mundo sobre el desarrollo de la votación: el humo. Esta tradición, vigente desde el siglo XIX, indica con su color si los cardenales han llegado o no a un acuerdo.
El humo negro señala que aún no se ha alcanzado el número necesario de votos. En cambio, la fumata blanca comunica que un nuevo pontífice ha sido elegido. Esta convención visual se estableció formalmente en 1903 para evitar confusiones entre los fieles que esperaban noticias.
Dentro de la Capilla, dos estufas hacen posible esta señal. Una antigua, de 1938, incinera las papeletas tras cada votación. La segunda, añadida en 2005, utiliza productos químicos para producir el humo blanco o negro con mayor claridad. Compuestos como el perclorato de potasio o la resina de conífera ámbar permiten asegurar la visibilidad del mensaje.
Aunque no hay una duración fija para el cónclave, los más recientes han durado apenas dos días. Sin embargo, en el pasado, el proceso pudo extenderse por años, como ocurrió entre 1268 y 1271.