
Entre tensiones diplomáticas y repatriaciones masivas: Colombia completa 13 vuelos con deportados desde EE. UU.
En medio de un panorama diplomático cada vez más complejo, el Gobierno colombiano confirmó la realización de 13 vuelos de repatriación desde Estados Unidos, en los que retornaron 1.359 ciudadanos colombianos con órdenes finales de deportación. Las operaciones, coordinadas por la Fuerza Aeroespacial Colombiana, se realizaron en un contexto marcado por un endurecimiento de la política migratoria estadounidense bajo la actual administración de Donald Trump.
De acuerdo con la Cancillería, aproximadamente el 20 % de los repatriados requirió atención institucional adicional, prestada por entidades como Migración Colombia, el Ministerio de Igualdad y alcaldías locales, con un enfoque de derechos, género y territorialidad.
Controversia diplomática
El proceso de retorno se vio opacado por un nuevo episodio de tensiones diplomáticas entre Bogotá y Washington, luego de declaraciones de Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional del gobierno Trump. Noem aseguró que, durante una reunión con el presidente Gustavo Petro, éste habría criticado abiertamente al expresidente estadounidense y minimizado las deportaciones de presuntos miembros del grupo criminal Tren de Aragua.
Petro negó enfáticamente estas afirmaciones:
“No es cierto que duré treinta minutos hablando contra Trump, solo contesté las preguntas que ella me hizo sobre el Tren de Aragua. Trump ha sido elegido por el pueblo norteamericano, y ese no es el problema del presidente de Colombia”, respondió el mandatario colombiano.
Petro también sugirió que las declaraciones de Noem podrían estar relacionadas con decisiones estratégicas tomadas por su Gobierno, como la compra de aviones suecos Saab Gripen, lo que representaría un giro respecto a proveedores tradicionales como Estados Unidos.
Continuidad en la cooperación operativa
A pesar del ruido diplomático, las operaciones de retorno continúan en marcha. El Gobierno nacional reiteró su compromiso de garantizar el respeto a los derechos humanos de los deportados y de seguir trabajando por su reintegración efectiva a la sociedad.
El enfoque incluye apoyo psicológico, jurídico y social, así como programas de inserción laboral. Al mismo tiempo, la Cancillería y otras entidades mantienen canales diplomáticos activos con Estados Unidos, buscando fortalecer la cooperación bilateral sin comprometer la soberanía en decisiones clave de política exterior y defensa.